martes, 5 de mayo de 2015

Líneas sombras



   
Liliana Muente
   
Qué nombre he de ponerle a ese fantasma
    nacido de mí misma. Cuenco estrecho
    que me hace creer espejo, el espejismo.
    Nudo del corazón siempre deshecho,
    que en cada contrapunto se entusiasma
    y olvida aquel ritual del exorcismo.
    Altar del erotismo:
    filosa dentellada
    de tu verdad negada.
    Condensas en tu máscara sombría,
    tu digna inclinación a la herejía
    de abandonar mi boca tan sedienta,
    en tiempos de sequía.
    Estoy dando razón a la tormenta.