La mano baja la cremallera mientras el reloj de cuco da su
último gong. Las lenguas enlazadas hacen
presa del tiempo para impedir su paso. Fuera hace frío y los segundos avanzan
su lava tenaz. Crece el vaho cómplice en la ventana. El vientre de los amantes es
un diapasón adolescente. Tic, tac, tic, tac ladran los minutos en la noche.
Tic, tac, tic, tac, los amantes jadean su victoria hasta detener el tiempo tras
la ventana.
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