A “Manos Limpias” se le ha caído el traje de Robin Hood y es que no se
puede pretender los favores de Lady Mariam si se tiene el corazón podrido y el
alma de Al Capone. Era ciertamente sospechoso que determinados personajes de la
ultra-derecha se batieran el cobre en los juzgados en defensa de una justicia
que a ellos, históricamente, se la ha traído al pairo porque casi siempre ha
estado comiendo de su mano.
Uno tendía a simpatizar con Manos Limpias en determinadas causas, como
la que se sigue contra la Infanta. Sin su
personación en el proceso judicial no habría caso porque la acusación pública
es- en ocasiones y según con quién- demasiado
dócil y tiende a lamer la mano que le guía.
Y aquí, desde el principio, la fiscalía iba con collar de castigo y con
bozal. Malamente se puede morder así. Vamos, ni un pellizquito, por eso Manos
Limpias vio tajada y se personó en la causa para hacer valer una justicia que
ahora nos enteramos que tenía un precio de tres millones de euros.
Estos matones de Manos Limpias que antes vestían Loden y ahora van con
toga, usaban la Ley de Enjuiciamiento Civil y el Código Penal como una navaja
al cuello para dar el tirón. De su detención, todos nos alegramos. Ahora,
resulta mosqueante que se desenmascare a este Robin Hood apócrifo justo cuando
viene al caso para dejar que la Infanta se vaya de rositas en el caso Noos.
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