Boko Haram ha enviado una “prueba de vida” de algunas de las 260 niñas
secuestradas hace dos años en una escuela cristiana de Chibok, al noroeste de
Nigeria.
Veo sus caras, sólo alguna mira a la cámara, ninguna sonríe, ni siquiera
de manera nerviosa. Sus ojos miran al suelo, a sus vigilantes captores, a nada.
Han vaciado sus miradas, han profanado el templo sagrado de su cuerpo. La
pujanza de su juventud ya es inútil porque no está al servicio de la alegría,
que es lo que toca en la adolescencia. Han vestido de luto sus cuerpos y su
futuro, esclavas de un grupo de asesinos sin piedad, sin perdón posible.
¿De qué mierda de vida es prueba esa fotografía?
No hay comentarios:
Publicar un comentario