lunes, 23 de marzo de 2015

Fátima (12 de julio de 1995)



A Fátima Huseignagic le cabe su vida en la bolsa de plástico que siempre lleva encima. Por su mirada  corren las aguas termales que manan de las montañas de Srebenica y que ahora se pierden sin provecho en la corriente mansa del río Drina. La mirada de Fátima es ahora eso, una corriente que se pierde, un curso de imágenes que pasan y se van. Sus ojos oscuros resumen toda la negrura de una guerra que vistió de espanto las montañas de su ciudad y que paró su reloj a las 11.30 a.m. de la mañana del 12 de julio de 1.995, cuando un machete serbio abrió un canal de sangre en la garganta de su hermano. A Fátima le vencieron las fronteras y los catecismos, los odios larvados por el tiempo. Ahora camina por las calles de Porriño, en Pontevedra, con una bolsa de plástico blanca en la mano.

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